
Esta semana ha saltado la noticia de que una empresa subcontratada de la constructora adjudicataria (OBRUM) de las obras de varias parcelas en el Ensanche Sur atraviesa una dificil situación y le adeudan desde la contratante un total de 700.000 euros en pagarés con vencimiento no pagados, y otros 800.000 en otros tantos pagares aun por vencer. Los empresarios de dicha subcontrata han iniciado una huelga de hambre a la entrada de la sede de la empresa OBRUM en Arturo Soria.
Se destapó la caja de pandora con acusaciones de falta de pago por unos , por otros o incluso con desconocimiento oficial si finalmente la adjudicataria del concurso habría cobrado o no realmente el dinero por parte de Emgiasa . El alcalde ha manifestado que Emgiasa SI HA PAGADO y SI PAGA.
Las dudas han quedado resueltas segun lo comentado por el propio Ayuntamiento, ahora solo falta saber, ¿Donde está el dinero que ha cobrado OBRUM?
No es de recibo que cientos de adjudicatarios hayan pagado religiosamente sus mensualidades, que ese dinero llegase a Emgiasa y esta a su vez lo hiciese llegar a OBRUM en plazos previstos de entrega segun porcentajes de ejecución según cuentan en el Ayuntamiento.
Pero ¿Qué control hay previsto después para que OBRUM pagase a sus proveedores, y estos a su vez a hacienda, seguridad social, y otros proveedores de material para esta subcontrata?. Es cierto que las relaciones entre empresas y los contratos mercantiles y acuerdos son eso, privados. Pero cuando el porcentaje total de una obra pública, se esta desarrollando por empresas pequeñas subcontratadas por una mayor, el control del concesionario ha de ser más exhaustivo.
Da igual empresa grande o pequeña, adjudicataria de obras. El resultado final es el mismo: Cientos de pequeñas subcontratadas, que a su vez compran el material por sus propios medios. Al final la adjudicataria grande solo gestiona y organiza pagos. Esta visto que no, que finalmente no pagan.
Desde el Ayuntamiento y Emgiasa, se establecen una serie de garantias y clausulas para cubrir la posibilidad de una parada de obras, o de mala gestión de las mismas por parte de la empresa ganadora del concurso. Pero ¿existe algún tipo de control sobre los pagos a terceros de esa adjudicataria?
Los contratos públicos y concesiones administrativas en este sentido establecen obligaciones a la empresa ganadora del contrato o concurso: Estar al corriente de pago a la SS, hacienda, solvencia económica, etc... El problema viene cuando las cientos de empresas subcontratadas no entran en ese control de la empresa matriz y/o madre.
¿Por que no se establece un seguimiento real de quienes son las subcontratas de las obras, si estan al corriente de pago de SS, de hacienda, y sobre todo si estan conbrando de la empresa mayor ganadora del concurso o se hace público los contratos mercantiles que se establecen?
De este modo se evitaría que al final paguen siempre los mismos: Cientos de familias y pequeñas empresas que son las que hacen el trabajo día a día de esa obra pública. Y cientos de adjudicatarios que han ido pagado religiosamente y su obra se para o esta pendiente de nueva adjudicación.
La responsabilidad legal de Emgiasa es poca en este sentido, pero la responsabilidad política del Ayuntamiento es mucha, y tendría que haber pasado por un control exhaustivo de las condiciones laborales de las subcontratas, de si estaban cobrando religiosamente, y si estaban al corriente del pago a la SS. Eso solo se exigía a la matriz o empresa madre, pero el trabajo de campo lo desempeñaban cientos de pequeñas empresas y subcontratas.
Desde hace un año, ya se venía hablando de las dificultades financieras de muchas adjudicatarias del Ensanche Sur, y Emgiasa en ese sentido no ha actuado. Hasta que no se produzca una sentencia legal de concurso de acreedores no podemos actuar" argumentan.
Esto no tiene por que ser así. Los contratos tendrían que haber reflejado la posibilidad de que Emgiasa controlase las relaciones mercantiles de los proveedores.Existen formulas legales para poder realizar un control mas exhaustivo, no solo vale con adjudicar la obra a la empresa mas grande y que mas garantias te ofrezca. Hay que estar ahí, pendiente y controlando y hablando con las subcontratas para ver si todo es correcto y no llegar a esta situación.
Otro aspecto , sería el destacar que en este caso las opiniones políticas de nuestro ayuntamiento en relación a la subcontratación han pasado desapercibidas y no han incidido en ello. En otras obras y otras situaciones son los primeros que enarbolan banderas contra la precariedad laboral y el tema de las subcontratas axfisiadas por las empresas grandes. En este caso, han "callado como putas". Obra pública, con cientos de trabajadores subcontratados y aquí no dicen ni mu. Luego les podremos ver en manifestaciones del primero de mayo, o en charlas sobre condiciones laborales criticando este sistema de trabajo, pero mientras el Ensanche Sur se levanta en estas condiciones.
Un cambio en el control de las adjudicaciones de obra pública, evitaría de este modo lo que esta sucediendo no solo aquí si no en media España.
Se destapó la caja de pandora con acusaciones de falta de pago por unos , por otros o incluso con desconocimiento oficial si finalmente la adjudicataria del concurso habría cobrado o no realmente el dinero por parte de Emgiasa . El alcalde ha manifestado que Emgiasa SI HA PAGADO y SI PAGA.
Las dudas han quedado resueltas segun lo comentado por el propio Ayuntamiento, ahora solo falta saber, ¿Donde está el dinero que ha cobrado OBRUM?
No es de recibo que cientos de adjudicatarios hayan pagado religiosamente sus mensualidades, que ese dinero llegase a Emgiasa y esta a su vez lo hiciese llegar a OBRUM en plazos previstos de entrega segun porcentajes de ejecución según cuentan en el Ayuntamiento.
Pero ¿Qué control hay previsto después para que OBRUM pagase a sus proveedores, y estos a su vez a hacienda, seguridad social, y otros proveedores de material para esta subcontrata?. Es cierto que las relaciones entre empresas y los contratos mercantiles y acuerdos son eso, privados. Pero cuando el porcentaje total de una obra pública, se esta desarrollando por empresas pequeñas subcontratadas por una mayor, el control del concesionario ha de ser más exhaustivo.
Da igual empresa grande o pequeña, adjudicataria de obras. El resultado final es el mismo: Cientos de pequeñas subcontratadas, que a su vez compran el material por sus propios medios. Al final la adjudicataria grande solo gestiona y organiza pagos. Esta visto que no, que finalmente no pagan.
Desde el Ayuntamiento y Emgiasa, se establecen una serie de garantias y clausulas para cubrir la posibilidad de una parada de obras, o de mala gestión de las mismas por parte de la empresa ganadora del concurso. Pero ¿existe algún tipo de control sobre los pagos a terceros de esa adjudicataria?
Los contratos públicos y concesiones administrativas en este sentido establecen obligaciones a la empresa ganadora del contrato o concurso: Estar al corriente de pago a la SS, hacienda, solvencia económica, etc... El problema viene cuando las cientos de empresas subcontratadas no entran en ese control de la empresa matriz y/o madre.
¿Por que no se establece un seguimiento real de quienes son las subcontratas de las obras, si estan al corriente de pago de SS, de hacienda, y sobre todo si estan conbrando de la empresa mayor ganadora del concurso o se hace público los contratos mercantiles que se establecen?
De este modo se evitaría que al final paguen siempre los mismos: Cientos de familias y pequeñas empresas que son las que hacen el trabajo día a día de esa obra pública. Y cientos de adjudicatarios que han ido pagado religiosamente y su obra se para o esta pendiente de nueva adjudicación.
La responsabilidad legal de Emgiasa es poca en este sentido, pero la responsabilidad política del Ayuntamiento es mucha, y tendría que haber pasado por un control exhaustivo de las condiciones laborales de las subcontratas, de si estaban cobrando religiosamente, y si estaban al corriente del pago a la SS. Eso solo se exigía a la matriz o empresa madre, pero el trabajo de campo lo desempeñaban cientos de pequeñas empresas y subcontratas.
Desde hace un año, ya se venía hablando de las dificultades financieras de muchas adjudicatarias del Ensanche Sur, y Emgiasa en ese sentido no ha actuado. Hasta que no se produzca una sentencia legal de concurso de acreedores no podemos actuar" argumentan.
Esto no tiene por que ser así. Los contratos tendrían que haber reflejado la posibilidad de que Emgiasa controlase las relaciones mercantiles de los proveedores.Existen formulas legales para poder realizar un control mas exhaustivo, no solo vale con adjudicar la obra a la empresa mas grande y que mas garantias te ofrezca. Hay que estar ahí, pendiente y controlando y hablando con las subcontratas para ver si todo es correcto y no llegar a esta situación.
Otro aspecto , sería el destacar que en este caso las opiniones políticas de nuestro ayuntamiento en relación a la subcontratación han pasado desapercibidas y no han incidido en ello. En otras obras y otras situaciones son los primeros que enarbolan banderas contra la precariedad laboral y el tema de las subcontratas axfisiadas por las empresas grandes. En este caso, han "callado como putas". Obra pública, con cientos de trabajadores subcontratados y aquí no dicen ni mu. Luego les podremos ver en manifestaciones del primero de mayo, o en charlas sobre condiciones laborales criticando este sistema de trabajo, pero mientras el Ensanche Sur se levanta en estas condiciones.
Un cambio en el control de las adjudicaciones de obra pública, evitaría de este modo lo que esta sucediendo no solo aquí si no en media España.
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